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 Especial Salud
 
   El Cáncer                                                                       Principal

Contenido del artículo:

Introducción

El tumor benigno

El tumor maligno

Etapas de la evolución clínica del tumor maligno

Pronóstico

Prevención

Tratamiento

El contagio

  Tumor maligno
  Características clínicas del tumor maligno.
  Se denomina maligno el tumor que:

  • crece con bastante rapidez, generalmente con un ritmo más rápido que el tumor benigno;
  • se desarrolla en sentido infiltrativo o invasor, es decir, que la masa tumoral no comprime al tejido vecino, sino que se insinúa (para después destruirlo) en el interior del mismo por una serie de prolongaciones largas y robustas que los antiguos comparaban con las patas de un cangrejo;
  • se reproduce a distancia, o sea, que da lugar a metástasis, es decir, a verdaderas "filiaciones" tumorales en órganos alejados del que asienta el tumor primitivo; estas metástasis se producen sobre todo en ciertos órganos (ganglios linfáticos regionales, pulmones, hígado, etc.) y se deben a elementos celulares atípicos que desprendiéndose de la masa tumoral primitiva alcanzan, por vía sanguínea o linfática, el nuevo órgano en el que provocan el cáncer hijo gracias a la capacidad proliferativa que conservan;
  • provoca recidivas con mucha facilidad, incluso después de las intervenciones quirúrgicas demoledoras; estas recidivas se evitan únicamente en aquellos casos en que el tumor se diagnostica y opera en fase precocísima, o sea, cuando constituye aún un fenómeno patológico local bien circunscripto;
  • compromete el estado general del paciente, que adelgaza y anemiza hasta acabar en un estado terminal de caquexia cancerosa. Generalmente no se sabe si esta caquexia depende de trastornos originados por la presencia mecánica del tumor al provocar disfunciones orgánicas, o depende de sustancias tóxicas formadas en el tumor y que se difunden por todo el organismo;
  • provoca dolores locales que a veces son atroces (ceden únicamente mediante la aplicación de medios heroicos como la morfina);
  • origina alteraciones anatómicas y, por lo tanto, disfunciones que varían de acuerdo con el órgano lesionado. Así por ejemplo, si se implantan en la garganta (cáncer de laringe), queda trastornada la fonación (producción de voz); si surge en las paredes del estómago, comprometerá sobre toda la función digestiva (pérdida de apetito, digestión laboriosa, vómito a veces sanguíneo, adelgazamiento rápido, etc.); y así sucesivamente.

  Estamos muy lejos de conocer el origen del tumor maligno y la verdadera causa del mismo, a pesar de las numerosas contribuciones que respecto a este han lanzado las mentes más clarividentes  de la ciencia médica de las naciones. De las diversas teorías citadas hay que reconocer que todas tienen algo de verdad; las dos más cercanas a la realidad son las últimas: la del desequilibrio hormonal (5º) y la del virus-proteína (6º). Probablemente la causa tumoral no es única para todos los tumores, ya que algunos pueden tener su origen y otros, otro diferente.

  Todo lo que llevamos dicho se refiere a la causa verdadera, por lo menos para ciertas localizaciones tumorales numerosas causas secundarias llamadas predisponentes porque no constituyen la verdadera causa del tumor, sino que únicamente predisponen ejerciendo una cierta irritación local que facilita la acción de la causa verdadera.

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